Reciben la Beca Colegial que les marca la pasión por el estudio, por el Colegio, por servir desde el amor de Cristo a la humanidad.
La BECA ACADÉMICA del Colegio Diocesano Santo Domingo de Orihuela
Significado.
La Beca académica es hoy una insignia propia de estudiantes de universidades y colegios. Parece que se incorporó en la nomenclatura universitaria española en el siglo XVI como atuendo del Colegio de los Españoles de Bolonia, donde estudió también el Arzobispo D. Fernando de Loazes, fundador de la Universidad Pontificia de Orihuela, origen de nuestro Colegio.
“Beca”, parece que etimológicamente vendría en una acepción, desde el latín al italiano antiguo, y significaría “liga”, es decir algo que te vincula en este caso a una institución, a una comunidad humana.
La Beca del Colegio Diocesano Santo Domingo expresa el vínculo de pertenencia a la tradición de una familia educativa, a unos principios y a un estilo de educación. El alumno que la recibe al incorporarse al colegio expresa así un compromiso de aceptación del ideario del colegio.
La beca va cruzada sobre los hombros como un yugo, como una carga, que expresada en las palabras de Cristo en el Evangelio “mi yugo es llevadero y mi carga ligera” (Mt 11,30), nos expresa que ser educados en la Ley de Cristo, la del Amor, nos hace personas libres y responsables en la verdad. Así, aparece como un abrazo de Cristo y de los educadores al alumno, que fortalecen la voluntad de aprender y crecer.
Es de color rojo intenso, en la Sagrada Escritura es el color de la sangre que significa la vida ofrecida, también es el color del vino que expresa la alegría, y en la liturgia cristiana es el color del testimonio en el martirio, como signo de la vida entregada por amor como testigos de la fe.
Bordado lleva el escudo originario del siglo XVI que responde al del Arzobispo D. Fernando de Loazes, y el nombre y apellidos del alumno al que siguen grabándose progresivamente las fechas del inicio, las etapas y la meta de su proceso educativo en el Colegio.
La beca se recibe en un acto solemne cuando termina el alumno los cursos de infantil o cuando se incorpora al colegio a los meses de estancia. Este rito lo renueva cada vez que comienza una nueva etapa educativa. Recibirla exige vivir en tensión educativa para crecer integralmente como persona fortaleciendo y llenando todas las dimensiones de su vida.
La beca ayuda a recordarnos qué somos, creados como personas únicas e irrepetibles, con nombre, con un proyecto de ser; mueve al agradecimiento por formar parte de esta comunidad educativa; exige aprovechar los dones recibidos gratuitamente a lo largo de la vida; y guardándola con esmero en lugar cercano y visible durante toda la vida exige devolver a las generaciones futuras lo que Dios y otros hicieron en nosotros.
José María Fernández-Corredor Soriano, Orihuela, mayo de 2012
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