Este año, debido a la situación que atravesamos nos ha obligado a adoptar todas las medidas sanitarias vigentes limitando el espacio de nuestro Templo. Por ello, se pudieron “unir” en familia al espíritu y oración a la celebración en directo, por medio de streaming a través de nuestra web y RRSS. Únicamente han asistido los alumnos de 1º de Bachillerato, que son quiénes tradicionalmente reciben su “beca académica” en este día y con la que significan su disposición de avanzar hacia la meta de ser personas que el colegio les propone o como bien les dijo nuestro obispo esta beca significa “…ser de esta fraternidad grande llena de historia…”.
Don Jesús, comenzaba invitándonos a invocar al Espíritu Santo para que nos acompañe en este curso singular, único. Un periodo lectivo en el que haciendo referencia a nuestro lema anual; “Reconstrucción interior y entrega” nos llamaba a “vivir este drama como oportunidad para salir mejor como personas, como humanidad”, palabras extraídas de nuestro Papa Francisco con las que nos ayuda a contemplar desde la fe el superar esta pandemia como oportunidad para caminar y cambiar la humanidad, una oportunidad para cada uno de nosotros como cristianos y personas”.
La presencia querida de nuestro obispo expresa su cercanía a los alumnos, docentes y familias, a los que nos animaba a “…seguir sacando la heroicidad, ilusión, compromiso y coraje que llevamos dentro fruto del amor que Dios nos da…”.
Mons. Murgui clausuraba el acto con su empeño de cuidar esta gran institución de nuestra Diócesis para que siga produciendo frutos abundantes en nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
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