El pasado sábado 15 de abril, los alumnos de 1º de Bachillerato comenzamos el ya tradicional, viaje a Italia. Para algunos supuso la primera vez en avión o fuera de España, para otros se trató de un destino nuevo o incluso de volver a un sitio en el que ya habían estado. Pero nada de eso fue relevante cuando montamos en el avión, ya que se podía palpar en el ambiente lo emocionados que todos estábamos.
El Coliseo fue lo primero que visitamos, un monumento asombroso que dejó a todo el mundo boquiabierto. Aunque siendo sinceros, todo lo que visitamos fue deslumbrante, desde lugares únicos como las calles de Roma hasta la Academia de Florencia, un edificio que alberga una de las obras más importantes de todos los tiempos, el David de Miguel Ángel. Daba igual a dónde dirigieras tu mirada, siempre acababas viendo una joya arquitectónica que deseabas poder meter en la maleta y traerte a casa, todas ellas guardadas en nuestra retina. En su defecto acababas recurriendo a hacerte una foto con tus amigos e inmortalizar el momento.
Creo que todos estamos de acuerdo en que el mejor día fue el miércoles. Nos levantamos súper temprano para montar en el autobús y dirigirnos al Vaticano. Nada más llegar a la Plaza de San Pedro, podías ver la gran cantidad de personas que, al igual que nosotros, estaban ansiosos por acudir a la Audiencia con el Papa. Pero cuando esta comenzó, fue cuando me di cuenta de lo eufóricos y nerviosos que estábamos. Todo el mundo intentaba grabar y ver lo más cerca posible al Papa, hacerle una foto o simplemente hacer que mirara allí a donde era llamado. Sin duda alguna, fue un momento único, irrepetible e inolvidable.
Las emociones vividas en el viaje son indescriptibles, tomar tu primer “gelato”, ver al mismísimo Papa Francisco o bajar a desayunar y estar rodeado de tus compañeros, tu gentes…tu familia. Eso son sentimientos que todos acabamos atesorando. En este tipo de actividades, es en las que descubrimos que estamos mucho más unidos a nuestros compañeros de lo que nosotros creíamos. Te acabas dando cuenta de que, en verdad, como siempre se ha dicho, somos una gran familia.
Merche Albaladejo Escudero, alumna de 1º de Bachillerato. ]]>