Saludo de alumnos, padres y profesores…
Los alumnos:
Estimado D. Jesús y amigos todos:
Comenzamos un curso nuevo con ilusión. Queremos dar lo mejor de nosotros mismos. Nosotros comenzamos una etapa en la que se nos pide mucho y en la que debemos tomar cada vez más decisiones que nos ayuden alcanzar nuestras metas.
Nuestro Colegio es distinto porque hay un ambiente familiar y agradable que se respira entre todos nosotros, esto nos permite afrontar con valor los nuevos retos, gracias a la dedicación del profesorado de este centro que nos apoyan, ayudan y aconsejan en el camino de la vida. Nos anima a continuar en este colegio el cariño que se pone en lo que se hace. Somos como una gran familia.
Nos damos cuenta que se nos educa más allá de lo académico con una espiritualidad que guía este colegio y que nos construye además de cómo científicos, profesores, empresarios u otros oficios, como personas.
La mayoría de nosotros estamos aquí desde los tres años y desde entonces podemos apreciar este ambiente educativo, familiar que nos ha hecho crecer.
El nuevo curso nos exige mucho, crecer por fuera y por dentro, compromiso y madurez, ser educados. Este centro nos enseña a actuar con rigor tanto dentro como fuera y a tener unos valores adquiridos a lo largo de los años a través de las enseñanzas inculcadas por los profesores.
Para concluir citamos esta frase de Albert Einstein, uno de los científicos que con la búsqueda llegó a Dios; que tiene que ver con el objetivo del año: “No consideres el estudio como una obligación sino como una forma de penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber”.
En nombre de los 1745 alumnos que formamos este colegio, decimos: Gracias a todos y que vivamos un buen curso.
Los padres: (Dª Maite Morell, Presidenta AMPA)
Estimado D. Jesús y familia del Colegio:
El proyecto personal de vida de este curso nos enseña en uno de sus lemas que “la diferencia entre una máquina que hace cosas y una persona que actúa es el amor. La máquina no tiene corazón, y la persona pone su corazón en todo lo que piensa, lo que dice y lo que hace”.
Nosotros, los padres, elegimos Santo Domingo porque actúa con corazón.
Con un objetivo definido, su familia educativa, en el más amplio sentido.
Por ello, nos comprometemos con el colegio en todo lo que concierne a la educación de nuestros hijos, para darles el apoyo que necesitan y avanzar juntos, para lo cual debemos estar en colaboración constante.
Lo que no se conoce no se puede amar. Por eso, necesitamos saber o que está bien. Trabajemos juntos.
Es la única forma de llegar a la meta trazada, la unión de todas las partes de esta gran máquina que en lugar de, simplemente hacer cosas, actúa con inteligencia, dotándonos de herramientas necesarias para poder afrontar las situaciones futuras con fortaleza vital, generosidad, trabajo en equipo y sentido de justicia.
Los profesores: (Dª Marilés Navarro)
Reverendísimo Señor Obispo,
El claustro de profesores del Colegio Santo Domingo quiere darle la bienvenida aquí, a su casa, esta tarde.
Si nuestra labor docente siempre ha sido un reto, ahora, a la ya conocida emergencia educativa se le suma la necesidad de comprometernos en la nueva evangelización. Pues, aunque sabemos que nuestra primera obligación es la formación intelectual de nuestros alumnos también sabemos que Santo Domingo es nuestra “Tierra de Misión”.
Como docentes conocemos el “progresivo aumento del relativismo que ocasiona una desorientación generalizada especialmente en los adolescentes y jóvenes, tan vulnerables a los cambios. Vivimos en una sociedad de la información que nos satura indiscriminadamente de datos, todos al mismo nivel, y termina llevándonos a una tremenda cultura de lo inmediato y de la superficialidad a la hora de plantear cuestiones tanto académicas como morales” [1]. Nosotros, el claustro de profesores, compartimos sinceramente las palabras del Papa Francisco en cuanto nos insta a que enseñemos a nuestros alumnos a pensar críticamente y a ofrecerles un camino de maduración continua en los valores genuinamente cristianos.
Es por ello, que este año nos hemos comprometido a desarrollar en nuestro Proyecto Educativo de Centro un programa que nos permita crecer como personas maduras que hablan esas tres lenguas que el Santo Padre proponía, “la lengua de la mente, la lengua del corazón y la lengua del obrar”[2].
Nos sabemos llamados a iluminar y comunicar la Vida y Santo Domingo es un lugar privilegiado para crear espacios de estudio riguroso y profundo donde conocer la VERDAD, pero también un lugar hermoso donde AMAR y SER AMADO, un lugar donde se enseñe a “GUSTAR EL SABER” aprendido practicando la JUSTICIA en el seno de la comunidad.
Durante este curso desearíamos ser capaces de responder adecuadamente a las necesidades de nuestros alumnos tanto a nivel intelectual como afectivo pero también para responder a sus inquietudes en cuanto a su SED de DIOS. Nuestro desafío será mostrar que la solución nunca consistirá en escapar a una relación personal y comprometida con Dios mismo que al mismo tiempo compromete con los otros. En definitiva, que ser capaz de hablar esas tres lenguas pasará por la “transformación de nuestra conducta ética o moral en tanto seamos capaces de contemplar una verdadera imagen de Cristo y sus sentimientos”[3]; Y de “sabernos sostenidos por un brazo fuerte”[4] . Conscientes de que “ni el que planta, ni el que riega son nada, Dios, que hace crecer, es el que cuenta” (I Cor 3, 7-9)
Reverendísimo Señor obispo, le pedimos por favor que deposite todas estas inquietudes sobre el altar en la Eucaristía que posteriormente vamos a compartir. Pida al Espíritu Santo para nosotros, los profesores, la capacidad de discernimientorecto que nos lleve a la VERDAD; justiciapara buscar en Bien del otro dando a cada uno lo que le corresponde; fortaleza en la lucha para alcanzar el Bien y templanza como medida exacta y orden en nuestro obrar. Gracias.
[1]PAPA FRANCISCO, Evangelii Gaudium 64 (2013)
[2] PAPA FRANCISCO, Discurso a la Escuela italiana, 10 mayo 2004.
[3] A. SÁNCHEZ MANZANARES, Educación, vocación y Persona. La excelencia profesional. Educador Cristiano: docente vocacionado. Obispado de Orihuela –Alicante (2006)
[4] EDITH STEIN. “Sostenidos por un brazo fuerte”. Escritos esenciales. Ed. Sal Terrae
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