Cuando el DEPORTE, la AMISTAD y la ESPIRITUALIDAD se mezclan, aparece un cóctel que al beberlo despierta lo más entrañable del SER HUMANO: LOS SENTIMIENTOS.

El sábado día 4 de noviembre, una vez más, hicimos COLEGIO. Todo encaminado, dirigido, orientado desde la salida. La BENDICIÓN en la Catedral de Orihuela a cargo de D. José Antonio GEA hacía presagiar una jornada única e irrepetible, de esas que surgen casi de forma espontánea pero que va cogiendo cuerpo y volumen en su propio desarrollo y evolución.

Los grandes protagonistas: LOS NIÑOS. Sus caras, sus expresiones, dibujaban la mejor acreditación, esa que nos reconocía que habíamos participado y conseguido el JUBILEO. Pero…¡ojo!, los mayores volvimos a ser niños y a sentirnos como tales. Ilusión y expectación en la salida, sufrimiento (unos más que otros) en el camino: en bicicleta desde Orihuela…ahí es nada (8 horas continuadas y con un perfil exigente), otros andando 18 km, 8km…e incluso un grupo de osados decidieron correr 18 km (yo creo que era algo menos) entre el júbilo y el entusiasmo, para llegar todos a una única meta…y fue ahí donde se desató la emoción.

El encuentro, donde se dio rienda suelta a todo tipo de comentarios, de récord, de promesas…y ¿de piques?…cada uno lo vivió a su forma, pero radiantes de emociones, unas contenidas, otras manifestadas para llegar a ese momento cumbre: el de la EUCARISTÍA con el acto de besar a la SANTA y VERA CRUZ DE CARAVACA y ahí es donde se palpó y se dejó constancia de que somos gente de FE. Somos CREYENTES. La sinceridad y la elocuencia de las palabras dieron paso a la participación y al silencio. MOMENTOS ÚNICOS, vividos más que contados. Las palabras no consiguen articular lo que emana del CORAZÓN…y para terminar decir que los MILAGROS existen y cuando se REZA y se pide con fe, la Santa y Vera CRUZ de Caravaca atiende a las súplicas y plegarias.

Gracias por este día vivido desde la más entrañable y estrecha complicidad, sin duda, HEMOS HECHO COLEGIO.

 José Antonio Riquelme, profesor del centro

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