Señor Director Titular, miembros del equipo directivo, Dña. Paloma Montoto del centro de recursos de la Fundación ONCE de Alicante, representantes de padres y madres de alumnos, estimados compañeros, padres y familiares, queridos alumnos.

 Buenas tardes.

¡Ya estamos aquí! ¡Ya han pasado 3 años desde aquel día en el que a muchos nos parecía estar reviviendo de nuevo el parto! …Me imagino que muchos lo recuerden… ”Viajes y más viajes al colegio, conversaciones en los parques… ¿Entrará en Santo Domingo o se quedará fuera? ¿Tendré puntos suficientes? ¿Y si no entra qué hago? ¿Han salido ya las listas?… ¡¡¡Por fin está dentro!!!”…  lo dicho, igual que un parto.  …Y ¡Qué cosas tiene la vida! Pocas semanas después tuve la inmensa suerte de poder volver a formar parte de esta familia, además de como padre, como orientador.

¡Ya están aquí! ¡Ya han dejado de ser los pequeños de esta gran familia! Han recorrido, en un abrir y cerrar de ojos, una importante etapa de sus vidas y de nuestras vidas, tras la que sentimos que se están haciendo mayores y, por supuesto, tras la que sentimos que nos hacemos mayores.

Pero… seamos realistas…  Todavía les queda y nos queda mucho camino por andar, sólo hemos subido un pequeño tramo de la escalera; acaban de comenzar la carrera de la vida en la que nosotros, como padres, debemos ser modelos y guías, debemos ser educadores.

Educar no es sólo una mera transmisión de conocimientos, sino que es algo más. Educar es el arte de saber extraer del interior de cada uno sus cualidades como individuo, como persona, en todas sus dimensiones. Por esta razón, en su día, nuestra opción educativa fue Santo Domingo, a quien confiamos nuestros tesoros más preciados, nuestros hijos, convencidos de que además de “un nombre”, además de “nivel académico”, además de “instalaciones”, nos ofrecería una opción diferente, una opción alternativa al modelo social relativista, con su escala de valores relativista y con la idea del todo vale por bandera.

Frente a esto, nosotros como padres y educadores de nuestros hijos hemos elegido una educación alternativa, hemos elegido para nuestros hijos el modelo cristiano de educación, un proyecto de “ser persona”.

Debemos ser conscientes de que nuestros hijos son los pilares en los que se asentará la sociedad del mañana. Esa es una responsabilidad muy grande que les tocará vivir y debemos prepararlos para que la puedan afrontar con garantía de éxito. Para ello es imprescindible forjar personalidades firmes, estables, con principios, con valores… y esta etapa de la vida es crucial en la configuración de la personalidad.

Todos sabemos que lo importante en toda construcción es la base. El secreto de la estabilidad de cualquier edificio está en su estructura y sobre todo en sus cimientos. Los revestimientos, decoraciones, y demás ornamentación se puede restaurar o se puede cambiar, muchas veces según la moda, pero ese cambio siempre estará condicionado por el estado en el que se encuentren los cimientos y la estructura, que es lo que le da consistencia, es el interior, es lo que permanece.

En este sentido quiero y debo agradecer al Colegio Santo Domingo, y en particular a las profesoras de infantil, mis compañeras de infantil, la función tan importante que realizan en ese proceso de “construcción” de personas. Quiero agradeceros la encomiable labor que habéis realizado durante esta etapa con cada uno de nuestros hijos… desde la paciencia, la infinita paciencia que en ocasiones a nosotros mismos como padres nos falta; desde la protección y el cuidado, haciendo que se sientan “casi” tan a gusto en el Cole como en casa; desde el saber y el saber hacer, como estupendas profesionales que sois, pero sobre todo desde el amor y amor de madre, figura imprescindible en el desarrollo de un niño y que vosotras representáis desde vuestra vocación. Gracias por preparar los mejores cimientos en los que empezar a construir futuro, gracias por contribuir a mejorar la sociedad, gracias por hacer lo que hacéis… Gracias de corazón.

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