Palabras de Bienvenida y Discurso del P. José María Fernández-Corredor, Director Titular del Colegio

(Tras saludar al Obispo y a todas las Autoridades Autonómicas, Académicas y Municipales presentes)

Bienvenidos todos a esta solemne Apertura del nuevo curso académico. Santo Domingo crece un año más en el número de alumnos y en su “pasión educativa” por responder a los verdaderos problemas de la educación. Somos un centro que nos definimos como un lugar humano, como un “laboratorio de humanización” para formar las personas capaces de orientar y transformar el mundo desde dentro. Sois vosotros los jóvenes los que tenéis en vuestras manos el futuro.

Los padres eligen nuestro colegio, buscan excelencia entre tanta confusión, y Santo Domingo les ofrece un modelo de ser persona que les garantice un futuro pleno para sus hijos. A ustedes padres les comprometemos, les involucramos en la tarea educativa con objetivos de aula, todos sabemos cuántos fracasos son causa de condiciones y ambientes familiares nada apropiados.

¿Qué aporta hoy un Colegio Católico? Santo Domingo ofrece la experiencia educativa de la Iglesia. Sabemos que detrás de cada modelo de escuela siempre hay una concepción de la persona y de la educación, unas determinadas corrientes de pensamiento. Nuestra meta no cambia, perseguimos formar personas bien equipadas para la vida con los sólidos principios y valores de la fe cristiana. Esta semana avanza el trámite de una nueva Ley Educativa, la séptima en el período democrático español, nosotros no nos alteramos, esta Ley también pasará y la aplicaremos a nuestro proyecto sin perder el rumbo irrenunciable y hoy más novedoso de nuestra propuesta creyente.apertura JM

Pero ¿qué es educar? Educar es enseñar a vivir y no sólo dar a los alumnos unos conocimientos. Enseñar es dar la sabiduría para vivir una vida entera y no sólo para obtener una titulación. Comenzamos este curso 2013-14 en el marco del Proyecto Educativo que estamos desarrollando y que denominamos “ser persona” con el objetivo de “proponer y educar a los alumnos en fortalezas y virtudes intelectuales”, queremos que sean, sí, más listos, pero a la vez más personas; el objetivo persigue “madurar la  personalidad cualificando la inteligencia”, es como decir “a más listos, más felices van a ser”. Ejercitar la inteligencia no se limita a una simple instrucción para saber más cosas o en utilizar nuevas tecnologías pedagógicas, sino en llevar a la persona con su inteligencia a conocer la verdad de las cosas.

En cristiano, elevar el nivel intelectual, consiste en ensanchar la razón, ordenar la mente y desarrollar la actitud crítica en todas las disciplinas para actuar con rigor diferenciando lo verdadero de lo erróneo, lo que hace bien de lo que hace mal. Desarrollando la inteligencia maduramos la personalidad pues, según se piensa, así se reflexiona y así se actúa; lo nuestro es encauzar al joven a una excelencia de persona adulta, reflexiva, protagonista de su propia biografía.

Como les decimos tantas veces, “podrás alcanzar muchos títulos y ganar mucho dinero, pero te preparamos para que sepas resistir ante las dificultades, para que no cedas a un pensamiento frágil que te quite las ganas de vivir o te lleve a fracasar en tu proyecto de amor familiar o de vida entregada”. “Te enseñamos a ser libre, a ser crítico al modo de vivir que se nos impone, no te dejes llevar por ideologías materialistas que reducen al hombre al consumo y a sentidos fugaces”.

Hacer chicos inteligentes es ensanchar su inteligencia, interrogarla en las cuestiones fundamentales de la vida que no están en el campo científico y tecnológico, es abrir el camino por el que Dios entra al ser humano, y en la vida interior logra la síntesis fe-cultura-vida. Este año impulsamos con fuerza la elaboración por cada alumno de su propio Proyecto Personal de Vida en la acción tutorial y pastoral.

Así es como Santo Domingo propone algo nuevo, distinto, innova en su ideas y no sólo en sus pedagogías, no quiere reproducir los modelos de persona que imperan en la sociedad; quiere educar jóvenes con sólidos principios y compromiso por los demás, responsables en la crisis moral que sufrimos para cambiar el mundo desde dentro; en definitiva, jóvenes resistentes a la adversidad, serenos y críticos, y abiertos a la acción de Dios que les hace más humanos para comprometerse por la vida.

Dice un slogan publicitario del Colegio. “Santo Domingo, una experiencia que merece la pena vivir”; es así, nuestro Colegio merece la pena, no tiene un espíritu anclado en el pasado, sino que es el Espíritu del Señor Resucitado el que vive en estos muros desde el siglo XVI, y que es el Espíritu que viene en la Eucaristía que ahora celebraremos con piedad y belleza, y al que invocaremos como Espíritu de sabiduría, de ciencia… para que nos fortalezca a todos en el nuevo curso. Es el Espíritu que merece la pena vivir.

Muchas gracias.

Para descargar:

José María en la Apertura de Curso 2013-14

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