1.Estos niños hoy crecen y avanzan en su crecimiento como personas. Los padres, las maestras, todos los educadores damos hoy gracias asombrados. Es fascinante situarse ante cada niño como “un misterio que nos desborda”,un misterio de vida interior de relación con Dios, de inteligencia y de estatura que se desarrolla. Educarlos, verlos crecer es gozoso, pero a la vez difícil y muy comprometido, conlleva también una sana carga de sufrimiento e muchos interrogantes. 2. Ser padres, maestros, es la mayor especialidad que hay hoy en día para hacer el bien a este mundo. Requiere profesionalidad, vivirlo con vocación; exige un continuo crecimiento del maestro, del padre, de la madre, educar os exige a los padres entregar la vida, renunciar a muchas cosas que os apetecen. Todos los que educamos necesitamos formarnos en todos los niveles. Educar es una tarea muy elevada, nuestra tarea no es solo “ponerlos guapos, que sepan mucho y rápido, que manejen máquinas…”, sino que es algo muy delicado porque formamos su conciencia y su corazón, no podemos creer que nos lo sabemos todo.  Hace poco leía una crítica que decía que “muchos padres que tienen hijos parece que nunca se han preparado para serlo, ni saben después que tienen que hacer con ellos”. 3. El colegio os pide que seáis padres, que seamos buenos maestros… Que seáis padres, no amigotes, que conjuguéis una sana autoridad con la sana comprensión. El padre, el maestro es una autoridad que sabe exigir, que transmite principios, verdades fundamentales que hacen crecer en madurez y que no son negociables. Para educar en virtudes se exige constancia y que el otro no se salga con la suya, las virtudes se consiguen por la repetición de un hábito. Pero eso hay que conjugarlo con una sana misericordia comprensiva. Recordad aquello de que “la autoridad, la justicia sin misericordia es crueldad y que ser muy permisivo sin justicia es la madre de la disolución”. 4. Nuestros niños seguirán creciendo en Santo Domingo. Aquí estamos muchos para crear una buena atmósfera. Hay muchos males contaminantes en el entorno que rompen la familia, destrozan a los jóvenes; nuestro reto es crear un sano “microclima” educativo de relaciones humanas bien fundadas en las certezas que vienen de la experiencia cristiana. Buscamos la auténtica excelencia personal con la que puedan alcanzar la auténtica felicidad. Gracias por estar aquí, gracias a todos los que colaboráis en esta celebración. Que el mensaje de Jesucristo sea nuestra pauta, nos hará bien, les hará mucho bien. Que Dios os bendiga. ]]>