Palabras de Maite Morell. Presidenta de la Asociación de Padres del Colegio.

Autoridades, claustro de profesores, queridas familias de Santo Domingo.

El valor central de la educación es la persona. Nuestro colegio contempla esta máxima como objetivo principal a la hora de desarrollar el proyecto educativo, espiritual y humano con el que nosotros, los padres, nos comprometemos cada curso.

Un compromiso en el más amplio sentido de la palabra, pues la familia debe estar al servicio de la educación. Servicio de fortaleza anímica para ayudar a nuestros hijos en sus momentos más difíciles, servicio para el amor y la prudencia que en tantas ocasiones nos han indicado el camino correcto, así como el servicio en valores tan importantes como la justicia y la libertad tan gravemente tratados en estos tiempos.

La unión de la familia y el colegio es fundamental siempre, pero aún más ahora, cuando quienes atacan esas libertades lo hacen con tanta facilidad y, lo que es más grave, sin nadie que lo cuestione.

Tenemos el deber como padres, unidos a toda la comunidad educativa, de educar a personas honestas, cualidad humana que nos lleva a comportarnos y expresarnos con coherencia respetando los valores de justicia y verdad.

Unos padres ricos en virtudes, transmiten valentía a los hijos, al comprometerse seria y profundamente, en la educación y formación de la familia; una enorme seguridad y armonía familiar, donde los hijos ven y sienten, que no hay violencia y sí mucho amor, respeto, educación y ayudas mutuas.

Con la familia al servicio de la educación y el colegio al servicio de las familias mediante las escuelas de padres y las distintas actividades pastorales, se cierra el círculo en el que el centro es siempre la persona, el alumno, nuestros hijos; el centro de todo aquello a lo que dirigimos  nuestras acciones.

Ser su ejemplo es nuestra gran labor y mayor recompensa.

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