“Mantener el equilibrio de Cuerpo, Alma y Espíritu” Objetivo educativo del colegio, curso 2021-22 “Mantener el equilibrio de Cuerpo, Alma y Espíritu” es el lema para este curso; en estos meses en que esperamos salir por fin de la pandemia y con la publicación del nuevo Proyecto Educativo de Centro (PEC), proponemos a toda la comunidad educativa del colegio, alumnos, profesores y padres, ahondar en el conocimiento de la persona que somos y avanzar siempre en la construcción de nuestro hombre interior: el de una persona con “paz en el corazón”; una paz que se alcanza profundizando en la verdad de entender bien lo que somos y el para qué vivimos: una paz interior que logramos viviendo la unidad y el equilibrio de cuerpo, alma y espíritu.   Así lo definimos como objetivo: Ahondar en la tarea permanente de “reconstruir el hombre interior, su unidad -equilibrio-, de cuerpo, alma y espíritu”. Es tratar la cuestión del hombre ¿qué somos?, pues el hombre de hoy ha perdido muchas veces el sentido de lo que es, y del que para qué vive. Conocer qué somos, qué debemos ser, y cómo podemos llegar a ser es la tarea urgente de toda persona. Educar bien es formar la organización de la propia vida. Es formar la exterioridad, -el cuerpo-, y la interioridad: es formar al hombre integral: cuerpo, alma y espíritu. Esto tan importante se suele obviar en muchos planes educativos, pero es la esencia de la educación promovida desde tantos campos y desde las mismas leyes educativas. Es un tema que nos ayudará así a comprender y a cuidar nuestro cuerpo con hábitos saludables, a incorporar el valor del deporte y a cuidar nuestro cuerpo como vehículo del verdadero amor. Entenderemos todo nuestro mundo interior, nuestra alma, sentimientos, valores, ideas; cultivaremos nuestro interior más profundo: el espíritu, el lugar más secreto que tenemos, lo cuidaremos con una sana vida espiritual en la que vivamos el valor del silencio para el estudio y la oración. ¿Cómo lo hacemos? El Proyecto Personal de Vida (PPV) de este año y de los próximos cursos nos ayudará a todos a conocer la persona como unidad de cuerpo, alma y espíritu. Todo el PPV, unido a la formación de los educadores y en las actividades hacia las familias, caminará  a que entendamos bien y vivamos esta unidad. Cuando se avanza hacia esta unidad es cuando se puede vivir en plenitud, es decir se vive y se camina inteligentemente hacia la más profunda y auténtica felicidad. Proponemos a los educadores y a los padres la “teleología” de la educación Con este termino “telos” del griego que significa: meta, objetivo, propósito, entendemos que educar en el colegio, en la familia, en la comunidad cristiana es apuntar a la meta de cada persona-alumno; a lo que cada ser humano debe llegar a ser. Saber dónde está, a dónde ha de llegar, y como llegar a la meta. Estamos convencidos que esta es hoy la debilidad de la educación que se manifiesta en tantos proyectos educativos y en la ausencia de auténticos acompañantes que tengan en su mente este “telos”. Un profesor, un educador, un padre, una madre, para educar bien ha de entender el ser y la meta de la persona. Requiere educar en lo verdadero: verdades, valores, virtudes y conducta El proyecto educativo del colegio conduce así a buscar la verdad de las cosas promoviendo el rigor intelectual, la síntesis de fe y razón, la alianza de ciencia y fe. Busca estilos cualificados de pensar, de pensar bien, de sentir y actuar dentro de un humanismo solidario y fraterno, estilos que contribuyen a generar un buen carácter en la persona y una personalidad armónica. Promoviendo virtudes o fortalezas en el alumno Las fortalezas son como esas “metacompetencias” que se requieren para lograr la excelencia del ser persona: son las virtudes que cuidan la inteligencia y la voluntad para saber decidir bien en libertad responsable desde el “yo” más profundo. Las fortalezas que vamos ya trabajando desde hace unos años las agrupamos en seis áreas de personalidad: intelectuales o cognitivas, anímicas, de templanza que ordenan el yo, de solidaridad y fraternidad en el amor, de justicia y espirituales. Los factores de la unidad: el amor y la prudencia El PPV conduce a formar una persona que viva la unidad interior de todo su ser: cuerpo, alma y espíritu. Unidad que se realiza por el “orden del amor y la prudencia”. La persona alcanza así su plenitud cuando adquiere la “forma” de Cristo: Dios que se ha hecho hombre. Caminar al encuentro con Cristo para vivir en su mente, en sus afectos, en sus comportamientos es el camino de una sana formación espiritual cristiana. En todas las dimensiones de vida del alumno Las fortalezas de han de practicar de la misma forma que un atleta progresa por su entrenamiento. Seis son las dimensiones en las que entrenamos y superamos el ejercicio de nuestro “yo”: mi estudio y mi trabajo, mi crecimiento personal, mi descanso y tiempo de ocio, mi relación con mis compañeros y con los demás, mi familia, y Cristo modelo de vida y mi relación con Él.  ]]>