Cada comunidad propusimos una breve reseña para explicar cómo se llegó a las distintas fundaciones en España. Nuestra comunidad comenzó así:
Curso 1953-54. Las Discípulas de Jesús llegamos por primera vez a Orihuela. Ha sido el Exmo. Sr. Obispo Don José García Goldáraz quien nos ha llamado por expreso deseo del Obispo de León Don Luis Almarcha, oriolano, que sueña con abrir una Escuela Taller de Arte Sacro en su ciudad natal y fomentar así la enseñanza y un medio de trabajo para las monjas de clausura.
Cincuenta y ocho años entre la gente de Orihuela. La primera casa, el palacio de Pinohermoso, en la plaza del Marqués de Rafal, donde muy pronto un primer grupo de niños da comienzo al Colegio Jesús Maestro, (además del buen ambiente reinante y la educación recibida, los antiguos alumnos siempre recuerdan una palmera en el centro de un minúsculo patio interior). Allí las Madres Discípulas les enseñarán muchas cosas; la más importante: a amar a Jesús, “que es la clave de todo”.
La promoción de la mujer fue también tarea esencialmente vocacional allá por los años sesenta, y, durante mucho tiempo, en colaboración con la Obra Social de la Caja Rural, las Discípulas enseñaron cultura general, corte y confección, cosidos a máquina y bordados, mecanografía, taquigrafía…al tiempo que fomentaban en aquellas jóvenes la fe y el aprecio de la propia dignidad.
Fue a mediados de la década de los setenta cuando el pequeño colegio Jesús Maestro quedó plenamente integrado en el Colegio Diocesano Santo Domingo. Aquí hemos vivido ya muchas cosas y compartido un buen trecho del camino varios grupos de Discípulas en colaboración con los diversos Directores del Colegio y, cómo no, con todas las familias a lo largo de los años. Aquí celebrábamos en 1995 la Beatificación de nuestro Padre Fundador. Aquí, en 2005, el cincuenta aniversario de nuestra presencia en Orihuela. Aquí, este mismo año pasado 2011, abríamos con un ciclo de Conferencias el 75 Aniversario del martirio del Beato Pedro y, como todos sabéis, aquí le dimos nuestro “hasta siempre” a nuestra querida Hna. Ana Mª volcando sobre ella, multiplicado por mucho, todo el amor y la dedicación que ella entregó a lo largo de los años a cada alumno, a cada familia, a cada compañero de trabajo… Desde Dios, querida Ana Mª, hoy nos acompañas y nos sonríes.
¡Cuántas Hermanas Discípulas de Jesús han pasado por Orihuela!. Todas con un solo deseo: Amar y hacerle amar a Él, el Maestro, El único Maestro. Y para ello, hacer lo que sea necesario: coser, cantar, caminar, catequizar, enseñar, bailar…en una palabra: compartir la Vida.
Hoy, aquí en Toledo, sólo nos sale dar las gracias. Gracias a Dios por llamarnos. Gracias por ayudarnos a decirle Sí. Gracias por la entrega del Beato Pedro, por su inmenso amor a Jesús. Por contagiarnos su “locura”. Gracias a los Sacerdotes que nos han acompañado y nos acompañan en nuestra vocación y con quienes compartimos Misión. Gracias a nuestra familia de Discípulas de Jesús, a cuantas Hermanas nos han precedido y estimulado con su ejemplo. Gracias a todos vosotros, alumnos, amigos todos con los que caminamos y compartimos la vida, de quienes recibimos siempre tanto.
Gracias por los años pasados de las Discípulas en Orihuela, gracias por el presente lleno de los Dones de Dios, y gracias por un futuro que confiamos a Sus Manos y que apoyamos en Su Promesa: “El grano de trigo, si muere, da mucho fruto”. Al Beato Pedro hoy le pedimos que nos ayude a entregar la vida por amor y Jesús no faltará a su Palabra y nos hará fecundas.
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