Durante tres días, destacado expertos en el ámbito de la educación se han dado cita en esta segunda parte del Congreso Diocesano de Educación. Un encuentro que comenzó el viernes por la tarde con las intervenciones del profesor Doctor en Filosofía y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, José María Barrio, quien ofreció la conferencia inaugural, en la que hizo hincapié en la “crisis cultural en Europa” y las dificultades para “educar en un ambiente deseducativo”. Y del sacerdote de la Diócesis de Orihuela-Alicante, Doctor en Ciencias de la Educación y Doctor de Filosofía, Agustín Sánchez, con “El humanismo cristiano en educación: identidad y configuración”, quien centró su mensaje en que “hoy la Iglesia propone un salto cualitativo en educación” y “se impone en educación repensar y actualizar la intencionalidad de la docencia, que lleve a un humanismo más pleno, que promueva un concepto más amplio de ser humano”. El viernes, 14 de febrero, abrió el turno de ponencias el psicólogo Roberto Aguado, con ‘La mirada como modelo de relación’. A continuación, el director de Marketing de ESIC, Jaime Picher, intervino para hablar de ‘El porqué del Marketing en los Colegios Católicos. Una cuestión de vocación y servicio’. Por la tarde, a partir de las 16 horas, fue el turno para la experiencia de Pedro Luis Pérez, Doctor en Teología de la Universidad Gregoriana de Roma, y del Colegio Diocesano de Santo Domingo, sobre ‘Docentes que enseñan a unir la razón y la fe: el itinerario académico del aula como pastoral educativa’. Le siguió la conferencia de la misionera responsable de ‘Nazaret Colegios Innovadores’, María del Mar Sánchez Izuel, sobre ‘Liderazgo transformacional en un mundo líquido’. Asimismo tuvieron lugar tres presentaciones clave para la jornada: el Sello de Calidad de las Escuelas Católicasy los proyectos ‘Vein21uno’ y ‘GodlyPlay’. El colofón a esa jornada del viernes fue la presentación del libroguía del Colegio Diocesano de Santo Domingo, escrito por el director del Museo Diocesano de Arte Sacro, José Antonio Martínez García, y el posterior descubrimiento de la placa dedicada a la conmemoración del 450 aniversario de la Universidad Pontificia de Orihuela.