Discurso Trini Rodríguez, madre de alumno.

Sr. Director,  HNAS  Discípulas de JESÚS, Presidenta del AMPA, Equipo docente del Centro, Compañeros papás y mamás, familiares  y, en especial, a vosotros, los protagonistas del evento, los alumnos, a todos, buenas noches.

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En primer lugar, quiero agradecer al Director del Colegio que me haya brindado la oportunidad de dirigirme a todos vosotros en representación de los padres de los alumnos de 2º de Bachiller, aunque, si os soy sincera, es un trabajo que, a pesar de haber hablado en público en determinadas ocasiones, me ha costado bastante de preparar por la emotividad que conlleva.

Para todos nosotros, y en concreto para los padres, hoy es un día especial: hoy venimos a celebrar la graduación de nuestros hijos. Para muchos de vosotros, han pasado 15 años desde aquel primer día que trajisteis a vuestro hijo o hija al cole y seguramente, muchos de vosotros, con el discurso típico de motivación de “… qué bien, ya vais al cole de los mayores… , qué bien lo vais a pasar, …”, pero todo ello con el susto y la preocupación que conlleva el cargo de padre o madre. Recuerdo, especialmente, cuando trajimos por primera vez a nuestros  hijos al Colegio, en 3º de primaria, (al que hoy se gradúa) que, de regreso a Almoradí, me surgieron muchos interrogantes: “… habremos tomado la decisión correcta, se integrará bien con los compañeros en clase, etc…” y tuve la  tentación volver , a recogerlo, pero no lo hice y pasados unos días, decidí venir a recoger a mis dos hijos y ver el ambiente del cole … Yo sí venía asustada: me decían “mamá, no entres por la portería , entra por la puerta del arco…”y por esa puerta entré: cuando vi esa marea granate corriendo cada uno para un sitio, pensé “DIOS MÍO, aquí no es posible encontrar a mis hijos” y, efectivamente, no los encontré…. ellos me encontraron a mí.

Poco a poco, entre reuniones,  gestiones en Secretaría, visitas  a la tienda y alguna de esas llamadas de “…su hijo se ha caído o se ha puesto enfermo…”, me di cuenta de que aquello, que en un principio me pareció un caos, era una estructura perfectamente ordenada y que cada uno de los alumnos tenía su propio sitio y formaba parte de una gran familia creada dentro de estos muros.

Por eso, hoy, en nombre de todos los padres, quiero manifestar nuestro AGRADECIMIENTO  a todos y cada uno de los que habéis participado, año tras año, en la formación de esta familia, a todos los que formáis parte de la institución: personal no docente, profesorado de los distintos ciclos y, en especial, al equipo directivo que ha estado al frente todos estos años. Sin darnos cuenta, con el paso del tiempo, habéis jugado un papel muy importante en la vida de nuestros hijos: hemos compartido con todos vosotros  su educación (tanto académica, como religiosa), su formación (cultural y en valores: humanos, sociales, solidarios…), los hemos visto jugar, caerse, crecer (física y mentalmente), preocuparse, sufrir, estudiar, ilusionarse, madurar…. En fin, hemos compartido su evolución, viendo como  aquellos pequeños que llegaron un día asustados, se han convertido en  personas adultas.

Me toca ahora, tras dirigirme a vuestros padres y a vuestro profesorado, dedicaros unas palabras a vosotros: los que realmente sois protagonistas hoy. De repente, me gustaría deciros tantas cosas en plan madre que podrías pensar…”ya está, preparaos que viene un sermón”, pero no, tranquilos….,voy a resumirlo en una idea. Hoy el sentimiento que todos compartimos y que queremos haceros llegar  es el de ORGULLO, estamos orgullosos de vosotros por varios motivos:

-orgullosos por haber superado los distintos ciclos académicos, con lo que ello conlleva, que no es poco: horas interminables de estudio, de falta de sueño, de nervios, de enfados, de exámenes…., pero también de compañerismo, de trabajos en equipo, de celebraciones, de excursiones, de emociones, de risas y alegrías, etc….., con esto último quiero que os quedéis. Porque cuando pasen los años y recordéis vuestro Colegio, lo hagáis con cariño y emoción, conservando todos los buenos momentos vividos aquí dentro

– orgullosos también por haber crecido en un ambiente escolar sano, cristiano, solidario, y de respeto hacia los demás

dentro del marco de esta Institución: el Colegio Diocesano Santo Domingo, en el que se concibe la educación como un todo integrado, con responsabilidad y compromiso.

 

Hoy celebramos que se cierra una etapa importante en vuestra vida para iniciar otra nueva, no menos importante, en la que seguís labrando vuestro futuro: ya sea en el marco laboral o continuando vuestra formación académica. Vienen años muy buenos (!!!quién pillará los 18 otra vez!!!), pero a su vez,  complicados en determinadas decisiones que deberéis tomar. Y como madre, quiero aprovechar la ocasión para deciros a todos que vuestros padres siempre van a estar ahí para apoyaros y ayudaros, que no perdáis la comunicación con nosotros, que no nos sustituyáis por las nuevas tecnologías (por las maquinitas y los móviles, IPAD ) y que penséis que también nosotros nos podemos equivocar, pero que con el respeto, el cariño y el amor que os tenemos, os vamos a ayudar en todo: CONTAD CON NOSOTROS.

 

Finalmente, no olvidaros y llevar con orgullo que os habéis formado como católicos que tenéis unas creencias religiosas que os ha acompañado día a día: tenerlas  siempre presente, en los buenos y no tan buenos momentos.

También es un día para la nostalgia, porque es muy difícil despedirse de quien se quiere y después  del verano y el paso de las vacaciones, vosotros no volveréis al Cole, quiero invitaros a terminar mi intervención con un aplauso dedicado a todos nosotros: padres y madres, familiares y amigos, alumnos y alumnas, y especialmente dedicado a todos los que sí volverán al Colegio para seguir formando y ayudando en la educación de nuestros hijos más pequeños. También un aplauso para el conserje, personal de Secretaría, cocinero (el más querido por unos y el más temido por otros), profesores y equipo directivo.

Muchas gracias a todos y buenas noches

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